2.2. La Biblia prueba que Jesús hizo a Pedro el primer Papa de la Iglesia (OBSOLETO)

2.2. La Biblia prueba que Jesús hizo a Pedro el primer Papa de la Iglesia (OBSOLETO)


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Las Sagradas Escrituras prueban claramente que Nuestro Señor Jesucristo hizo a San Pedro el primer Papa de la Iglesia Católica. A continuación pasamos a explicar detalladamente cada versículo y su significado, para así, a su vez, refutar a los protestantes que siempre están intentado tergiversar estos versículos.

Jesús da las llaves del Reino de los Cielos a Pedro
Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Y respondiendo Jesús, dijo: Bienaventurado eres Simón hijo de Jonás; porque no es la carne ni la sangre quien te ha revelado, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos; y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos. Mateo 16, 16-19
Jesús da a Pedro las llaves del reino de los cielos, y declaró que todo lo que él atare en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que él desatare en la tierra será desatado en los cielos. Si bien que los 12 discípulos se estaban presentes, Jesús sólo le dijo estas cosas a San Pedro.

A ningún otro apóstol le es dada las llaves del reino de los cielos. En Mateo 18, 18, leemos que a todos los Apóstoles se les da el poder de atar y de desatar; pero solo a Pedro se le promete las llaves del reino de los cielos en Mateo 16, 19. Esto nos demuestra que el poder dado a todos los Apóstoles de atar y de desatar en Mateo 18, 18 debe ser ejercido bajo las llaves que recibió Pedro solamente. Pedro tiene una posición de la autoridad única en la Iglesia.


Hablando con Pedro, Jesús dice que Él edificará Su Iglesia 
sobre esta misma piedra.
Jesús dice: "tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi iglesia". La palabra "esta" – como en esta piedra – viene del griego taute, es un pronombre demostrativo. Su significado es "esta misma" piedra. Taute es usado cuando "se desea llamar la atención con una énfasis especial hacia el objeto designado, ya sea en la región física del orador o el contexto literario del escritor". (H. E. Dana y J. R. Mantey, A Manual Grammar of the Greek New Testament [Un Manual de Gramática del Griego del Nuevo Testamento], edición inglesa, 127). En la Biblia versión de King James, taute es traducido como "the same" o sea "el mismo" que viene en 1 Corintios 7, 20, y, "this same" o sea "este mismo" en 2 Corintios 9, 4.

Por lo tanto, la declaración de Jesús a Pedro tiene el siguiente sentido: tú eres Pedro y sobre ESTA MISMA PIEDRA edificaré yo mi iglesia. En el contexto, "esta roca" se refiere naturalmente a Pedro. También Jesús cambia el nombre de Simón por el de "piedra" (Pero veremos más sobre este punto a continuación).


El cambio del nombre de Pedro
Jesús cambia el nombre de Simón a Pedro, justo antes de declarar: "y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia".

... Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás (...) Y yo te digo a ti, que tú eres Pedro... Mateo 16, 17-18

En el Antiguo Testamento un cambio de nombre denotaba una designación o un llamado especial o un cambio de estatus. En el Génesis, leemos lo siguiente acerca de Abraham:

Y ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque yo te haré padre de una muchedumbre de pueblos. Génesis 17, 5

Dios cambió el nombre de Abram por Abraham porque el nuevo nombre denotaba su oficio especial como LÍDER del pueblo de Dios. Abraham fue elegido para ser el padre de muchas naciones. (También fue llamado "piedra", como demostraremos). En el hebreo Abram significa un padre superior, en cambio Abraham significa el padre de una multitud.

Del mismo modo, en Génesis 32, 28, leemos que Dios cambió el nombre de Jacob a Israel, a fin de representar su oficio o posición especial. Por lo tanto, aparte de las otras cosas importantes que Jesús le dice a San Pedro en Mateo 16, el cambio del nombre de Simón a Pedro es hecha para confirmar la posición especial de San Pedro y su nuevo oficio.


Las "llaves del Reino de los Cielos" se refiere a Isaías 22 y al cargo de primer ministro
Esto es realmente interesante. Muchas personas desconocen que esta referencia a las llaves del Reino de los Cielos en Mateo 16, 19 (y el poder de Pedro de atar y desatar con ellas) viene de Isaías capítulo 22. Las palabras de Jesús a Pedro en Mateo 16 son una referencia al oficio de primer ministro del reino en el Antiguo Testamento.

Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá. Isaías 22, 22

Nótese el lenguaje claramente paralelo en Mateo 16, 19. En el Antiguo Testamento, Dios estableció una alianza (pacto) con David a fin de establecer un reino. La monarquía Davídica, el reino de Dios sobre la tierra, estaba destinada a ser un prototipo del reino de Dios que Jesucristo iba a establecer. Por eso, en los Evangelios, Jesús es llamado el hijo de David. Por esta misma razón, el Evangelio de Mateo considera el reino como uno de sus temas principales. También es la razón por la que Pedro mismo dice en Hechos 2, 30 que Jesús está sentado sobre el trono de David. Lucas 1, 32 dice lo siguiente sobre Jesús: "Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo: y le dará el Señor Dios el trono de David su padre…".

Jesús está sentado sobre el trono de David. Pero el reino de Jesús es espiritual; su reino es su Iglesia. El reino de Jesús no solamente cumple con el prototipo, o sea el reino de David, sino más bien lo supera. El punto es que el reino de Jesús está configurado en términos similares.


Jesús claramente estaba nombrando a San Pedro como su primer ministro
En el Reino de David, no sólo había un rey que gobernaba todo el pueblo; el rey tenía además un gabinete real. El rey tenía ministros reales o principales. Se ven estas referencias a los ministros reales (o sea estos principales o ministros reales del rey) en 2 Samuel 8 (o en la biblia católica es 2 Reyes 8). También se mira esta referencia en 1 Reyes 4 (3 Reyes 4 en la biblia católica) y en otros lugares. En este ministerio real, existían ministros de defensa, del comercio, de provisiones, etc.

No obstante, de todos los ministros del rey, había solamente uno que sobresalía con autoridad sobre todos los demás. Ese era el primer ministro, quien tenía poder sobre la casa del rey. Aquí es donde la verdad fascinante de Isaías 22 se hace pertinente en Mateo 16.

Leemos en Isaías 22 que el primer ministro TENIA LA LLAVE de la casa de David. Permítanme repetir eso: el primer ministro tenía la llave de la casa de David. Esta llave representaba la autoridad del primer ministro sobre la casa del rey.

Y aquel día, llamaré yo a mi siervo Eliaquim, hijo de Hilcías; y le vestiré de tus vestiduras [de Sebna], y le ceñiré de tu cinturón, y pondré en sus manos tu potestad. Y él será un padre para los habitantes de Jerusalén, y para la casa de Judá. Y pondré sobre su hombro la llave de la casa de David; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá. Isaías 22, 20-22

Nótese que el primer ministro tenía las llaves de la casa de David. También vemos que le fue dada la «potestad», y que sería el "padre de los habitantes de Jerusalén".

En Isaías 22 el primer ministro del reino era un hombre llamado Sebna. Isaías 22, 15 dice que Sebna era "el mayordomo" – que es quien está a cargo de la casa del rey. Después Sebna dejo el ofició como el Primer Ministro y fue sustituido por un hombre llamado Eliaquim. Luego leemos que la llave del reino, tenía Sebna, le fue dada a Eliaquim por el Rey Ezequías (el sucesor de David que reinó en aquel entonces). El Rey Ezequías le dio la llave del reino a Eliaquim porque Eliaquim sucedió a Sebna en el oficio de primer ministro.

Eliaquim pasó a tener la llave de la casa de David. Por el hecho de poseer la llave, todos reconocían a Eliaquim como el primer ministro del rey.

Véase la similitud con Mateo 16. En Isaías 22, 22 vemos la clara referencia de la llave del reino siendo entregada, al igual como Jesús le entregó las llaves a San Pedro. Además, la declaración de que con la llave «abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá» es asombrosamente similar a lo que Jesús dijo a San Pedro en Mateo 16, 19, cuando le dio las llaves del reino de los cielos: «todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos». El significado de esto es sumamente evidente.

Jesús se sentó sobre el trono de David. Entonces cuando Jesús vino a establecer su reino (su Iglesia), que es el cumplimiento del reino de David, Él asimismo nombra a sus ministros reales: sus Apóstoles. Pero de esos ministros reales (sus Apóstoles), hay un primer ministro que tendrá poder sobre todos los demás ministros y sobre todos los miembros del reino. Este primer ministro es quien tiene las llaves del reino de Jesús y se le da la primacía en su Iglesia para encargarse de los asuntos de su reino.

Cuando Jesús le dijo a Pedro, "Y te daré las llaves del reino de los cielos", fue una clara indicación, para todo judío instruido, de que Jesús haría a San Pedro su primer ministro. Él estaba declarando que San Pedro sería el primer Papa – el presidente o gobernador de su Iglesia. Esta es una prueba poderosa e irrefutable de que Jesús en realidad estaba diciendo que San Pedro sería el primer Papa en Mateo 16, 18-19.


¿Quién es la piedra en Mateo 16?.
Y respondiendo Jesús dijo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Mateo 16, 18

En realidad es muy obvio que Pedro es a quien Jesús describió como la piedra. Pero los protestantes levantan todo tipo de objeciones sobre este punto.


Objeción 1: Pedro no puede ser la piedra porque Jesús es el único fundamento.
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 1 Corintios 3, 11
Aquellos que levantan esta objeción no comprenden que la Biblia habla sobre todos los Apóstoles como fundamentos.

Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellas los nombres de los doce apóstoles del Cordero. Apocalipsis 21, 14

¿Hay, por ventura, contradicción entre Apoc. 21, 14 y 1 Cor. 3, 11? Por supuesto que no. El hecho que Cristo sea único fundamento, como enseña 1 Cor. 3, 11, significa que toda potestad viene de Cristo. Toda verdadera autoridad en la Iglesia debe venir de Cristo porque la Iglesia por sí misma viene de Cristo. Todo lo que está fuera de Cristo es un falso fundamento.

La autoridad de Pedro viene precisamente de Jesucristo, como demuestra Mateo 16. Por lo tanto, es muy obvio que si Jesús fue quien estableció estas cosas en Pedro, entonces lo que está establecido en Pedro no es otro fundamento que no sea de Cristo. Es el mismo fundamento de Cristo.

Entonces, el hecho que Cristo es el fundamento o la piedra angular como leemos en Efesios 2, 20, no quiere decir que Cristo mismo no pudiera o no estableciera a un apóstol para que tuviera un oficio perpetuo, que sería la roca sobre cual la Iglesia sería edificada. Los dos conceptos no son mutualmente excluyentes. Por ejemplo: Jesús es el Buen Pastor (Juan 10, 14), pero Él también da a Pedro la responsabilidad de apacentar todas sus ovejas, como vemos en Juan 21, 15-17. Jesús es quien tiene las llaves (Apoc. 1, 18; Apoc. 3, 7), pero Él da sus llaves a Pedro.


En el Antiguo Testamento Dios llama roca o piedra a Abraham.

Dios es designado como la roca en todo el Antiguo Testamento y en Deuteronomio 32, 4, pero Abraham también es descrito como la roca en Isaías 51, 1-2.

Él [Dios] es la Roca, sus obras son perfectas... Deuteronomio 32, 4

Considerad la roca de que habéis sido tallados, y la cantera de que habéis sido sacados. Mirad a Abraham, vuestro padre... Isaías 51, 1-2

El Antiguo Testamento dice mirad la roca, mirad a Abraham. Abraham es descrito como la roca porque él fue el padre de todos los israelitas. El nombre de Abram fue cambiado a Abraham para significar su oficio como roca y padre del pueblo de Dios. ¿Acaso no es apropiado que Jesús, en el Nuevo Testamento, escogiera a unos de sus Apóstoles como la roca y el padre para la nueva Israel, que es la Iglesia? Por supuesto que lo es. Y por esta razón el nombre de Simón fue cambiado a Petros, que significa roca o piedra. A la luz de todas las pruebas, debiera ser totalmente obvio para todos que San Pedro es la roca. Sin embargo, vamos a pasar a algunos otros puntos.


Objeción 2: ¿Qué hay de Petros contra Petra en griego?

Los protestantes argumentan que Jesús no pudo haber dicho que Pedro fuera la roca debido a las diferencias en las palabras griegas. Ellos señalan que en el original griego de Mateo 16,18 el nombre de Pedro es Πέτρος (petros), que significa piedra, mientras que la palabra para denotar roca es πέτρα (petra), que significa piedra grande. El griego dice: "tú eres Pedro (petros), y sobre esta piedra (petra) edificaré mi iglesia". Pero este argumento es refutado por los siguientes puntos.

En primer lugar, las palabras petros y petra tienen el mismo significado (piedra) en el griego que era usado durante el tiempo de Cristo. En algunos, mucho antes de la poesía griega antigua, petros significa "piedra pequeña" y petra significa "piedra grande", pero esa distinción ligera ya había desaparecido en la época que fue escrito el Evangelio de Mateo en griego. (Sobre este punto véase más adelante la cita del protestante D.A. Carson).

Esta distinción de menor importancia entre petros y petra solo existía en el griego ático y no en el griego kioné. El Evangelio fue escrito en el griego kioné, en el cual tanto petros como petra significaban "piedra". Es más, había otra palabra para piedra que Jesús pudo haber usado: la palabra lithos. Si Jesús hubiese querido llamar a Pedro una piedra pequeña y no piedra o roca (petros), entonces Él habría usado lithos. Sin embargo, Él no lo hizo. Él usó petros que significa piedra. Pero, si hay una igualdad entre Pedro y piedra, ¿por qué, entonces, son usadas las dos palabras griegas (petros y petra)? La respuesta se encuentra en el muy importante hecho de que Jesús habló en el arameo y no en el griego.



Puesto que Jesús habló en Arameo y no en griego, Pedro y piedra significan exactamente lo mismo

En el arameo, Mateo 16, 18 dice así: "tú eres kepha, y sobre esta kepha edificaré mi iglesia".

Nótese que en el arameo la misma palabra (kepha) es usada en ambos lugares. No hay diferencia alguna entre ellas. Jesús igualó a Simón con la piedra sobre la cual Él edificaría la Iglesia. Lo mismo ocurre en la traducción francesa de este pasaje, que dice: "Tu es pierre, et sur cette pierre…".

Es aquí donde empieza el malentendido del protestante, porque cuando se traduce lo que Jesús habló del arameo al griego, la palabra aramea kepha pasa a ser petra. Petra es la palabra femenina usada para el significado de piedra en el griego. No hay problema para la segunda parte del pasaje si la realidad dice que petra es femenina: sobre esta kepha (sobre esta piedra); pero es obvio que petra no se puede usar para el nuevo nombre de Pedro, puesto que Pedro es un hombre.

Por lo tanto, en griego, el nombre de Pedro simplemente cambia a Petros, un sinónimo de petra, pero en sentido masculino. Esa es la única razón por la cual no hay diferencia alguna entre las dos palabras. No hay duda que Jesús estaba declarando que Pedro es la piedra.



Muchos protestantes admiten que es obvio que Pedro es la piedra.

Hasta algunos protestantes se han visto obligados a admitir, frente a estos los hechos, que es inútil continuar negando que Pedro sea la Piedra.

David Hill, un ministro presbiteriano y profesor titular de estudios bíblicos de la Universidad de Sheffield, escribe:
Es sobre Pedro mismo, el confesor de su mesianismo, que Jesús edificará la iglesia (…) Los intentos para interpretar la piedra como otra cosa que la persona de Pedro (p. ej., su fe, la verdad revelada a él) se debe a los perjuicios protestantes, e introducir a la declaración un grado de sutileza altamente improbable – Citado de The Gospel of Matthew, The New Century Bible Commentary, edición inglesa, p. 261.


En el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, una obra protestante editada por los protestantes Gerhard Kittel y Gerhard Friedrich, hay un artículo del bien conocido protestante Oscar Cullman. Esto se encuentra en el vol. 6:108 del Diccionario Teológico. Cullman afirma:
Pero, ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo: 'sobre esta piedra edificare mi Iglesia'? La idea de los reformadores de que Él se está refiriendo a la fe de Pedro es absolutamente inconcebible, debido al ajuste probablemente diverso de la historia. En realidad, aquí no existe ninguna referencia a la fe de Pedro. Por el contrario, el paralelismo entre 'tú eres Piedra' y 'en esta piedra edificare' demuestra que la segunda piedra sólo puede ser la misma que la primera. Es evidente que Jesús se refiere a Pedro, a quien ha dado el nombre de Piedra. Él designa a Pedro (…) para ser el fundamento de su iglesia. En este punto la exégesis católica es correcta, y todas las tentativas de evadir esta interpretación deben ser rechazadas. – (Cullman, Theological Dictionary of the New Testament, edición inglesa, Volumen 6, paginas 98, 107, 108)


El Dr. John Broadus (1886), un erudito bautista, se vio obligado a admitir:
Como Pedro significa piedra, naturalmente la interpretación es que 'sobre esta piedra' significa sobre ti. En realidad no hay otra explicación probable (…) Pero sí hay un juego de palabras, como bien puede entenderse. Sería aún más exagerado y duro en el juego de palabras si entendiéramos que la piedra fuera Cristo: y aún más débil y casi sin sentido tendría el juego de palabras si la roca fuera la confesión de Pedro (…) Es evidente que Jesús no pudo haber dicho aquí que Él mismo sea la roca en consonancia con la imagen puesto que Él es el edificador. Para decir: 'Yo edificaré', sería una imagen muy confusa. La sugerencia de algunos expositores que dicen que Jesús se señaló a sí mismo al decir 'tú eres Pedro, y sobre esta piedra', implica una artificialidad que es repulsiva para algunas mentes. – (John A. Broadus, Commentary on the Gospel of Matthew, Valley Forge, PA: Judson Press, 1886, p. 356.)


El Bautista D.A. Carson, profesor del Nuevo Testamento del Seminario de la Trinidad Evangelical, también se vio obligado a reconocer:
“Aunque es verdad que petros y petra pueden significar 'piedra' y 'roca' respectivamente en el griego antiguo, la distinción se confina en gran parte a la poesía. Por otra parte, el arameo subyacente es en este caso indiscutible; y lo más probable es que kepha fue utilizado en ambas cláusulas ('eres kepha' y 'en esta kepha'), puesto que la palabra fue utilizada para un nombre y para una piedra (…) El Griego hace la distinción entre petros y petra simplemente porque está intentando preservar el juego de palabras, y en el griego, petra femenino no podría servir como nombre masculino. – (Citado en The Expositor’s Bible Commentary, edición inglesa, Volumen 8, p. 368.)


Sabemos que Jesús habló en arameo porque la Biblia nos da alguna de sus palabaras arameas.

Dado que el arameo es pertinente a los puntos antes mencionados acerca de Pedro siendo la roca, téngase en cuenta las pruebas de que Jesús, de hecho, habló en el arameo. En primer lugar, sabemos que Jesús habló en arameo puesto que los Evangelios registran algunas de las palabras en el arameo que Él usó. Considérese Mateo 27, 46, donde Jesús dice desde la cruz, "Eli, Eli, ¿lama sabachtani?". Esas son palabras del arameo; no son palabras del griego; ellas significan, "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?".

Otro ejemplo está en Juan 19; 13,17:

Entonces Pilatos (…) se sentó en el tribunal en el sitio llamado Lithóstrotos, y en hebreo Gabbatha (…) Y [Jesús] llevando su cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota.

Las palabras Gabbatha y Gólgota son del arameo, proporcionando más evidencia de que este era el idioma que Jesús usó. Pero San Juan les llama hebreo en la Biblia porque "hebreo", como explican los eruditos, es usado comúnmente en el Nuevo Testamento para referirse al arameo.



Juan 1, 42 iguala el nombre de Pedro con la piedra.

Por favor sígase lógicamente lo siguiente:

Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás: tú serás llamado Cephas (que quiere decir, piedra). Juan 1, 42 (Reina-Valera)

En Juan 1, 42, el nuevo nombre de Pedro es dado en su forma aramea: Cephas. Algunos dicen, "Yo creía que el nombre de Pedro era Kepha en el arameo". Sí, pero en las versiones inglesas de Juan 1, 42, Cephas es simplemente la versión anglicanizada de la palabra aramea Kepha. Así que Juan 1, 42 dice que Cephas es traducido como Piedra o Pedro, el nombre del apóstol.

Cephas es igual al nombre de Pedro (Juan 1, 42).

También sabemos que Cephas sería traducido a petra, la palabra para la piedra (Mt. 16, 18) sobre cual la Iglesia está edificada.

Ya que Cephas es igual al nuevo nombre de Pedro (como dice Juan 1, 42) y Cephas es igual a petra, la palabra para la piedra, es innegable que el nuevo nombre de Pedro es igual a petra, la piedra.

El nuevo nombre de Pedro es equivalente a la piedra. No hay duda alguna sobre ello.

The Primacy of Peter [La Primacía de Pedro] es una colección de ensayos por «ortodoxos» eruditos orientales. Los «ortodoxos» orientales no son católicos y no aceptan el papado. Esta obra (La Primacía de Pedro) fue editado por el famoso "ortodoxo" erudito oriental, John Meyendorf. En esta obra "ortodoxa" oriental, se admite repetidas veces que la Biblia enseña que Pedro es la piedra:

Hay una identidad formal y real entre Pedro y la piedra. Jesús edificará la iglesia sobre Cephas. – The Primacy of Peter, edición inglesa, editado por John Meyendorf, St. Vladimir’s Seminary Press, 1992, p. 48.)

Al confesar su fe en la divinidad del Salvador, Pedro se convirtió en la Piedra de la Iglesia. – The Primacy of Peter, p. 72.)

Pedro Apóstol es la piedra en cual la Iglesia fue edificada, y permanecerá siendo la piedra hasta la venida del Señor. – The Primacy of Peter, p. 122; también en páginas, 63-65; etc.)



Considerando el contexto, sería absurdo que Jesús no haya querido indicar que Pedro es la piedra.

Considérese lo absurdo que sería si Jesús no hubiese querido indicar que Pedro es la piedra. Como hemos demostrado, Jesús sólo llamó de bienaventurado a Pedro:

Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás... Mateo 16, 17.


Jesús sólo cambió el nombre a Pedro:
Y yo también te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi iglesia... Mateo 16, 18.

Jesús reúne a sus discípulos y sólo le da a Pedro las llaves del reino de los cielos. Después Él le da sólo a Pedro el poder de atar y de desatar:

Yo te daré [a Pedro] las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos... Mateo 16, 19.

Pero cuando se habla de la piedra, a pesar que la declaración es hecha sólo a Pedro estando él junto a los demás Apóstoles, los protestantes nos hacen creer que Jesús no está hablando de Pedro sino sobre sí mismo o de alguna otra cosa. Esto es ridículo. Esta falsedad es tan obvia que esa argumentación en realidad no es necesaria.

Además, cabe señalar que la razón de que Jesús, al referirse a Pedro, dijera que "sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia", en lugar de sobre ti, es porque dado que Pedro es definitivamente la piedra, el oficio que Él está estableciendo en Pedro (el Papado) perdurará a través del tiempo después que Pedro ya no esté. Está fundada sobre Pedro, pero seguirá existiendo después de que Pedro se haya ido. Esta es una institución en Pedro, pero no se limitará apenas a Pedro. Pedro tendrá sucesores.



Los Padres creyeron que Pedro era la piedra.

Los Padres de la Iglesia primitiva, los prominentes primeros escritores cristianos de los primeros siglos, reconocieron que Pedro es la piedra. Hay muchas citas que se pueden presentar, aquí presentamos algunas de ellas.

Tertuliano, Sobre la Monogamia, 213 d.C., se refiere a Pedro y habla de la Iglesia, “edificada sobre él…” (La Fe de los Padres Primitivos, edición inglesa, Vol. 1:381)

San Cirilo de Alejandría (370-444), quien participó en un oficio clave en el Concilio de Éfeso, declaró en su Comentario sobre Juan:
Él [Jesús] no sufre ya más por haberse dejado llamar Simón (...Él cambió su nombre en Pedro, de la palabra petra (roca) sobre la que Él luego fundaría su Iglesia"

San Basilio Magno (330-379 d.C.), Contra los Eunomianos, 4:
Quien (refiriéndose a Pedro), a cuenta de la preeminencia de su fe, recibió en sí mismo la construcción de la Iglesia.

San Gregorio Nacianceno, gran patrístico del oriente (329-389 d.C.), Oración 26:
[...] de los discípulos de Cristo, todos de los cuales fueron exaltados y merecedores de elección, uno es llamado roca, y se le confía la fundación de la Iglesia.

San Juan Crisóstomo, gran patrístico del oriente y obispo de Constantinopla, Homilía 3, De. Poenit. 4, 387 d.C.:
Pedro mismo, la cabeza o corona de los Apóstoles (...) cuando digo Pedro, quiero decir a la Roca irrompible, la inquebrantable fundación....

Se pueden citar San Ambrosio, San Jerónimo, entre muchos otros, el punto ya debe quedar claro. Si quiere ver más citar lea este artículo.


Objeción 3: La piedra es la fe de Pedro, y no Pedro.

En un esfuerzo para argumentar contra el papado, algunos no católicos dicen que Jesús se refirió a la fe de Pedro (no a Pedro mismo) como la piedra sobre cual la Iglesia sería edificada. Sin embargo los Padres entendieron que la fe de Pedro es inseparable de Pedro mismo y del oficio de cual Jesús edificó en él como primer ministro de su Iglesia. También podemos ver esta verdad en Lucas capítulo 22.

Ciertamente la Iglesia se edifica sobre la fe en Cristo, hijo del Dios vivo, pero también es cierto que Pedro fue elegido para encabezar el colegio apostólico, en virtud de esa fe, ambas cosas son ciertas y no se excluyen mutuamente.



Objeción 4: La Biblia no dice que Pedro estuvo en Roma.

La Biblia tampoco menciona que Pablo haya muerto, esto no quiere decir que aún esté vivo. El libro de los Hechos de los Apóstoles fue escrito por Lucas, seguidor de Pablo, el cual - por la forma en que termina - pareciera que no fué concluido.

Todo historiador serio sabe por pruebas arqueológicas que Pedro sí estuvo en Roma donde también murió; su sucesor fue Lino y a éste le siguió Anacleto y así sucesivamente. En la carta del sucesor de Pedro, Clemente I, a los Corintios - que pertenece a los escritos de los de los Padres de la Iglesia - se hace mención del martirio de Pedro en dicha ciudad. La carta fue escrita en el año 96 D.C.

El libro Historia de la Iglesia de Kenneth Scott Laturell (edición de la Casa Bautista de Publicaciones, pág. 162) dice:
Aunque no fue fundada por el uno ni por el otro, la iglesia de Roma gozaba del prestigio de la visita de Pablo y de Pedro lo que parece información digna de crédito.

Declara igualmente que Roma fue el escenario del martirio tanto del miembro más prominente de los doce apóstoles originales como del principal misionero de la Iglesia primitiva.

La Nueva Enciclopedia Americana dice:
Cuando Pedro dejó Jerusalém, se fue por un tiempo a Antioquia y después a Roma, donde fue jefe de la Iglesia.


Ireneo de Lyon en su libro Contra las Herejías (III,3:2-3):
Mateo también emitió un Evangelio escrito entre los hebreos en su propio dialecto, mientras que Pedro y Pablo predicaban en Roma y sentaban las bases de la Iglesia.

San Jerónimo dice:
Pedro, después de haber sido obispo de la iglesia de Antioquía y haber predicado a la dispersión avanzó a Roma en el segundo año de Claudio para derrocar a Simón el Mago y sostuvo la silla sacerdotal allí durante veinticinco años hasta el final, es decir, el decimocuarto año de Nerón.


Eusebio de Cesarea declara:
Clemente de Alejandría en el sexto libro del Hypotyposeis cita la historia, y el obispo de Hierápolis llamado Papías se le une a él en testificar que Pedro menciona a Marcos en la primera epístola, que dicen ellos compuso en Roma, y él mismo lo indica, cuando él llama a la ciudad, figurativamente, Babilonia, como él lo hace en las siguientes palabras: "La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan". (1 Pedro 5:13)43​


Conclusión.

Hemos visto la evidencia innegable de la Biblia que San Pedro fue el primer Papa. Hemos visto la evidencia y la prueba de las palabras de Jesús, de todos los cuatro Evangelios, de los Hechos de los Apóstoles, de los Padres, entre otros. Es un hecho de la historia que San Pedro murió en Roma como siendo su primer obispo, y que él fue sucedido por otros Papas a lo largo de la historia. Ellos asumieron el oficio de San Pedro como líder y gobernador del Reino de Cristo (su Iglesia), al igual que Eliaquim sucedió a Sebna para el lugar de primer ministro en el Reino de David.