Objeción 6. Como Petros está en masculino y Petra en femenino, Cristo no podía referirse a Pedro en las dos ocasiones.
Es sencillo. En el arameo no existen los géneros (masculino femenino), pero en griego sí, así que lo que sucede, es que el evangelista cuando traduce al griego las palabras de Jesús, no puede asignar a Pedro un nombre de género femenino, y por eso no utiliza la misma palabra en ambos lugares. Como piedra es una palabra femenina, la traduce por Petra (en femenino, claro), pero como el nombre de Pedro es masculino, aunque también significa piedra, no podía asignar un nombre femenino a un hombre (Pedro), por lo que lo tradujo como Petros.
Todo este dilema de traducciones no ayuda a los protestantes, ya que sabemos por el mismo evangelio que Jesús no dijo esas palabras originalmente en griego, sino en arameo, y allí en ese idioma no existe esa distinción. Jesús llamó a Pedro realmente כֵּף (Kēphas) y allí no hay ninguna distinción, por lo que realmente dijo Jesús fue:
Tu eres Pedro [Kēphas] y sobre esta Piedra [Kēphas] edificaré mi Iglesia.
Por ejemplo, en francés no existe este problema, ya que su traducción se asemeja más a la idea aramea original:
Et moi, je te dis que tu es Pierre, et que sur cette pierre je bâtirai mon Église, et que les portes du séjour des morts ne prévaudront point contre elle.